Parece que el viajar es un arte. Y que como todos los otros artes, no puedes eludirlo si te gusta.
Tras un año y medio parada en Mallorca, he vuelto a hacer la mochila. No se si será el viaje, o las ganas de escribir y contar historias de vuelta,..pero el caso es que he decidido seguir con el blog. Eso si, no prometo nada, porque como voy a currar, no se cuántas ganas, novedades o historietas tenga para contar cuando llegue a casa,…capaz que si me animáis un poco con los comentarios, seguro que me entran más ganas de seguir escribiendo,…
De momento aquí me encuentro, subida de vuelta en un avión de esos en los que te reparten mantita y almohada. Y a pesar de que me daba tanta pereza arrancarme de casa, de la familia, del continente, al subirme y ver mi asiento pegado a la ventanilla y además sin nadie en el asiento de al lado, no he podido evitar el sonreír y pensar: “esto empieza genial!”
No tengo claro si esta vez he elegido yo el destino o el destino me ha elegido a mi. Eso si, esta lejos de narices! Hubiera estado estupendo que fuera más cerquita de casa, sobre todo ahora que existe un sobrino que da pena ver crecer por internet..pero todos los “paraísos” se nos antojan alejados.
El viaje es largo, 9 horas y pico, y eso que he salido desde Frankfurt. EL destino: Las Islas Maldivas. Algo tendrán los trozos de tierra rodeados de azul que me atrapan tanto,…A mí, y a las otras tantas decenas de parejas en viaje de novios que también viajan hacia ese paisaje de revista de casitas en el agua, playas desiertas y azules cristalinos. Hoy por hoy, que vivan los novios y mi viaje en dos asientos con ventanilla propia!!!
jueves, 1 de diciembre de 2011
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