Una bombilla, la hierba y el mate, una sonrisa y un patio español en un barrio obrero. Un grupo de gente desconocido que ahora agranda mi familia de viajeros.
Un parque donde tirarse, cursos de español para extrangeros, un tango y unos tacones y el mate bien amargo para empezar a acostumbrarse.
Andar, caminar, pasear. Calle arriba, media vuelta y calle abajo, un grito o un piropo? Manifestaciones a todas horas, batucada en la calle. 6 líneas de subte y ciento y pico de autobús. Miradas que buscan, miradas encontradas. Hombres atrevidos y mujeres operadas.
Una copa de vino tinto o una cerveza tostada. Encuentros inesperados, gente amable y amigable. Un feliz cumpleaños, y ya son 28,...un vino, una copa de buen vino!
Disfrutar de los parques, el calorcito otoñal y la vida en general.
Un bar con encanto donde entonan un tango. Un encuentro de mujeres y unas bicis naranjas con cesta incluída. Muchas risas y mucho pedaleo. Calle arriba, media vuelta y calle abajo. Una noche sin fin, y otra, y otra,...
Un café en San Telmo y muchos artesanos. El río de la Plata, La Boca y su Caminito. Teatro ciego, teatro acrobático, teatro en grupo y en solitario. Arte y cultura, y un poquito de shopping que una vez al año no hace daño.
Un mercado en una plaza, la reserva ecológica, un atardecer en Puerto Madero y una noche en Palermo. Un bife a la parrilla o una pizza al horno, un beso en la mejilla y vuelta a darle al mate.
Fútbol por la tele, fútbol en la calle, fútbol en la plaza, fútbol en el alma.
Un buenos aires antes desconocido.
Y ahora, mi Buenos Aires querido!!!