Durmiendo entre hostales de sal y refugios a 4300m, los paisajes TAN DIFERENTES a lo ya visto, me han dejado sin palabras. La altura a la que llegamos (4950m) hacen que los viajeros, apliquen aquello de "allá donde fueres, haz lo que vieres", que traducido al Boliviano significa: A DARLE A LA COCA, PEQUEÑOS!
Asi que la que aqui escribe se compró nada más pasar la frontera una bolsita de ojas de coca, más una de bicarbonato, según dicen, para salivar...
Gracias a mis ensayos en Salta con un par de amigas, ya me he hecho una experta en esto de "coquear": Se toma hoja por hoja y se quita el palito del medio, te lo metes a la boca, y lo colocas en un lateral, donde vas apilando una tras otra las hojas hasta que se te hace un bolo que por fuera, hace el mismo efecto que recién salido del dentista tras una "amputación" de la muela del juicio. "Re-mona" para las fotos, vaya!
Para ser sincera, "coquear" es igual que estar comiendote tu propio césped,..aunque la cosa empeora cuando hay que meterse también bicarbonato, para que ayude a producir mas juguillo,...una delicia vaya!
Todo esto se hace porque uno sufre menos coqueando que apunándose (como aqui le llaman al mal de altura), asi que a coquear no mÁs!!
Lo que está claro, es que esto de la coca me permitió no "apunarme", y en lugar de sufrir mal de altura, disfruté como una enana con los maravillosos e indescriptibles paisajes que vimos por el camino. Juzguen ustedes mismos los paisajes altiplánicos: