Iorana Rapa Nui

Salgo del camping, ese sitio donde no se puede más que sonreír al sacar la cabeza de tu tienda,porque parece que te vas a comer el inmenso océano azul de lo cerquita que lo tienes. Son las 6 de la tarde, y va a ser mi último paseo de tarde por la isla. TEngo que despedirme de harta gente, pero voy tranquila, caminando cerca del mar hacia el pueblo, intentando grabar en mi memoria el espectáculo de las olas rompiendo encima de esa piedra volcánica negra que corta la piel solo con mirarla, pero que tan bonito hace el paisaje de la isla.

Antes de poder ponerme música y concentrarme en el paisaje, me para un coche:
- Iorana, me dicen
- Iorana! (saludo Rapanui)
- Amiga,¿a dónde vas?
- Hacia el museo.
- Suba pó (pues)
2 Rapa nuis me llevan hasta el cementerio. Como están divertidos, me quedo un rato, conversando tranquilamente con ellos y otros amigos que no paran de llegar. La amabilidad de esta gente, su simpatía y hospitalidad es sin ninguna duda, la mayor magia de esta Isla.
Tras 40 minutos de palique sigo rumbo al museo, pero no he andado apenas 100m antes de cruzarme con Marquitos:
- ¿dónde vais sola?
- A despedirme a casa de la Claudia y el Francisco- digo yo
- Yo le llevo, suba pó
Marquitos es un chileno casi Rapanui, que tuvimos la suerte de encontrarnos (una amiga del camping y yo) un dia volviendo de la playa haciendo dedo. Un santo varón que nos ha paseado por toda la isla y que nos ha tratado como a hermanas. Buena gente,como la mayoria.

Por fin me despido de la Claudia y sigo hacia la siguiente casa, donde la Caro, para despedirme de ellos también. El paseo de vuelta es productivo: me encuentro con más gente a la que queria decir adiós. Y todos me dicen lo mismo:
- ¿Ya te vas?
- Pero si llevo 20 días,...ya es tiempo!
- Comiste guayaba, ¿no? seguro que vuelves.
Es su dicho, "si comes la fruta de la isla, volverás de nuevo".
(y yo que ya lo sabía, no he hecho mas que hartarme a guayaba!)

La luz en isla de Pascua se está poniendo bonita. El sol está bajando, y el mar, todo loco, venga a romper contra las piedras, forma un espectáculo increíble. Podría haberme quedado trabajando en la isla por un tiempo, pienso,..pero asusta pensar la posibilidad de no levantar ancla si me quedo por "un tiempo". Asi que sigo rumbo, que todavía me espera mucho por ver.

Voy a ponerme música y seguir andando, y antes de conseguirlo:
- Iorana Amiga, ¿va para el camping?
- Si
- Suba po!

Y ahi estoy de nuevo, montada en otro coche, el cuarto de la tarde y sin parar de concocer gente en mi último día en Isla de Pascua. Pucha!me estoy poniendo melancólica!

Una tarde cualquiera en la isla, salir a pasear, cruzarte con gente nueva, conversar, admirar la belleza del paisaje, compartir otra cultura, disfrutar de una vida más tranquila, sin estresses ni agobios,....Disfrutar del viaje de mi vida. Disfrutar del momento, sonreír y pensar que soy feliz.